Esta mañana ha comenzado el primer curso sobre manejo de desfibriladores, puesta en marcha desde la concejalía de Sanidad del Ayuntamiento de Alhama. Está dirigido al personal de las instalaciones municipales en las que próximamente se van a instalar esos aparatos, con el objetivo de que conozca bien su manejo, así como a agentes de la Policía Local.
El Ayuntamiento, en colaboración con Cruz Roja Española, Asamblea Local de Alhama, ha convocado un curso homologado de DESFIBRILACIÓN SEMIAUTOMÁTICA EXTERNA. La formación, de 12 horas lectivas, tiene lugar los días 10 y 11 de marzo, en horario de 10.00 a 13.00 y de 16.00 a 19.00 h en la sala de conferencias del Vivero de Empresas para Mujeres, Cl. Luis Pasteur, s/n.
El curso, que contará con la ponencia de José Luis Garre Sánchez, médico y Presidente de Cruz Roja, Asamblea de Alhama, está dirigido a un máximo de 20 personas, cumpliendo con la normativa, pero posteriormente se convocarán los cursos necesarios para formar a más personal.
La importancia del desfibrilador
Es un aparato electrónico, en este caso portátil, que diagnostica y trata esa parada cardiorrespiratoria cuando es provocada por una fibrilación o una taquicardia ventricular (hay actividad eléctrica en el corazón, pero sin efectividad mecánica o con bombeo ineficaz). Gracias a una descarga eléctrica gestionada por el DESA se consigue restablecer un ritmo cardiaco efectivo eléctrica y mecánicamente.
Recientemente este Ayuntamiento ha adquirir un total de 9 desfibriladores semiautomáticos externos (DESA), que unidos a los 4 ya existentes en diferentes dependencias municipales o en Cruz Roja, vienen a configurar la base de una dotación de medios que permita convertir poco a poco a Alhama en un municipio cardioprotegido. ¿Qué quiere decir ésto? Pues que cuando una persona, sea de la edad que sea, entra en parada cardiorrespiratoria, algo que sucede en nuestro país una vez cada 20 minutos, cada minuto de retraso en actuar para tratar esa afección las posibilidades de que sobreviva se reducen en un 10%. Para evitarlo entran en juego un conjunto de acciones que integran la denominada “cadena de supervivencia”, de tal modo que si se aplican correctamente las posibilidades de sobrevivir, e incluso de que no queden secuelas, son elevadas. En esa “cadena” la disposición y buen uso de un desfibrilador puede ser decisiva.