Una estrella fugaz, quizás un cometa, o simplemente una luz deslumbrante se ha acercado a la tierra y se mueve en dirección a occidente. Melchor, viejo mago, astrónomo y sacerdote muy respetado, ha visto esta luz portentosa y decide ponerse en camino para seguirla y descubrir su destino. También Gaspar, mago de las indias, empujado por una gran curiosidad, decide ponerse en marcha. Y Balthasar, mago de África, el más joven de los tres, que reconoce en esa estrella el cumplimiento de una antigua profecía, monta su camello para seguir la luz fabulosa.
Viajan durante tres días antes de encontrarse en un cruce y hacerse amigos, unidos por el mismo destino.
Los tres, en un principio, no se llevan muy bien, pero aprenderán a convivir y a superar juntos los obstáculos que se interponen entre ellos y la persecución de esa luz mágica. Después de varias peripecias, finalmente, llegarán a descubrir el destino de la estrella, una vieja casa en el pueblo judío de Belén donde ha nacido un niño que dicen será el Rey de todos los hombres.
Es un momento grandioso. El duro viaje parece ahora cobrar sentido y los magos (que en ese momento se convierten en reyes) han cumplido su misión entregando sus regalos al niño. Ahora podrán volver a sus casas y cada vez que verán un niño recién nacido sabrán que algo grande podrá pasar.