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Alhama recupera a María Dolores Andreo con una exposición retrospectiva de su obra

25/04/2013 1768

Mañana, viernes 26 de abril a las 20.30 horas, el Museo Arqueológico de Los Baños será la sede de la inauguración de la exposición retrospectiva de M. Dolores Andreo Maurandi. La muestra, que nace con el título de “María Dolores: Cercana Ausencia” ha sido coordinada por el periodista murciano Pedro Soler y ocupará no sólo la sala de exposiciones del Museo Arqueológico, sino también la del edificio de El Pósito.

Con esta muestra, Alhama recupera en la memoria la obra de una de las artistas que, con su trabajo, logró exponer en algunas de las salas más importantes del mundo del arte nacional e internacional.

La muestra viene acompañada por un amplio catálogo, también coordinado por el periodista Pedro Soler, en el que se recoge la obra expuesta, así como diferentes textos tanto de la pintora, como de especialistas del arte que hablaron de ella. También escribe en la mencionada edición el propio Pedro Soler, quien conoció personalmente a la artista alhameña, o la profesora titular del Departamento de Historia del Arte de la Universidad de Murcia, Mª Carmen Sánchez Rojas.

La obra será expuesta gracias al trabajo de la Concejalía de Cultura y Patrimonio del Ayuntamiento de Alhama de Murcia y a la gran colaboración de la familia que custodia la obra de la pintora fallecida en 2005

Mª Dolores Andreo y su obra

Estamos en los años 60. La pintura, la literatura, la arquitectura… el arte en general, está restringido prácticamente al hombre. Son pocas, -algunas escritoras-las que logran introducirse en un mundo casi masculino.

Una alhameña, nacida bajo el signo de aries y, para más, con ascendente aries, nace con una vocación, ímpetu, sensibilidad, disciplina, creatividad y firme decisión que logra romper moldes, barreras y muros.

Se trata de María Dolores Andreo Maurandi, pintora poco dada a grandilocuencias, a lo público, a prodigarse…

María Dolores Andreo Maurandi ha expuesto obra por medio mundo, ha sido seleccionada para las bienales más importantes que se celebran en el planeta, su obra ha recorrido las salas y museos más destacados de España, Londres, New York, Miami, Buenos Aires, Portugal, Paris, Holanda, Sudáfrica, Ljubjana (antigua Yugoslavia), Montecarlo, Alemania… Ha viajado por toda la geografía española, incluidas las islas.

En la década de los años 20 surge en Murcia un grupo de artistas entre los que se encuentran escultores y pintores como José Planes, Antonio Garrigós, Pedro Flores, Ramón Gaya y Luís Garay. María Dolores Andreo sería la última de la mediterraneidad del núcleo que recibió las directrices y enseñanzas de uno de sus creadores, Luís Garay, alternando sus estudios de Magisterio.

Terminados los estudios se marcha a Madrid en los últimos años de los cincuenta. En 1960, y tras participar en algunas exposiciones colectivas, presenta su primera muestra individual. Se trata de litografías con la temática de Cristo. Fue en ese momento cuando la artista alhameña es descubierta como un referente artístico en el siglo XX dentro de panorama español.

El curriculum de la pintora es extenso pero, por ejemplo, José Luís Morales y Marín, catedrático de Historia del Arte de la Complutense de Madrid, numerario de la Academia de Bellas Artes de San Luís y miembro de la asociación internacional de críticos de arte en un artículo titulado “María Dolores Andreo. Con Murcia como Fondo” contaba lo siguiente:

“… esos Cristos, o “Cristophenos”, como ella los denomina, van a constituir una aportación fundamental en la historia de la gran vanguardia española de últimos de los cincuenta y principios de los sesenta….”

“… El éxito alcanzado habría que revalidarlo al poco tiempo en Madrid, en la sala Grin-Gho, consiguiendo de este modo, un merecido lugar en el ámbito artístico madrileño. Y aunque María Dolores nunca ha sido muy partidaria de premios y certámenes, en 1964 obtiene la Medalla de Plata en el Salón Nacional de Pintura… Al mismo tiempo, su obra es seleccionada para numerosas exposiciones internacionales celebradas en este tiempo en Barcelona, Valencia, París, La Haya, Montecarlo, Munich, Gelsenkirchen y Essen…”

La muestra del rostro de Cristo obtuvo tal repercusión que poetas como Salvador Pérez Valiente le dedicaron poemas o la académica Carmen Conde, poeta que redactó un ensayo basado en las obras de la pintora alhameña titulado “¿Fue de esta suerte la semblanza vuestra”.-

María Dolores sigue trabajando incansable y vuelve a exponer en 1965 y José Luís Morales y Marín sigue contando en el artículo mencionado.

“En febrero se celebra la exposición y toda la crítica madrileña se rinde ante la modernidad y novedades que presenta la obra de esta mujer. En nuestro país, y en unos años en los que todavía era creencia general que el arte sólo estaba reservado para el hombre, desde María Blanchard, pocas pintoras habían tenido la acogida de elogio unánime que obtuvo María Dolores Andreo con esta muestra. Y así, los críticos Antonio M. Campoy, Sánchez Camargo, Ramón Sáez, Figuerola Ferretti, Castro Arines y un largo etc. Intelectuales como Pérez Valiente, Ángel Crespo y Carmen Conde o poetas como José Hierro, saludaban a nuestra artista como un nombre fundamental ya en el panorama artístico español”.

“…Los éxitos y reconocimientos se suceden…obtiene la beca de la Fundación March y es seleccionada para acudir a dos de las bienales más importantes del mundo, la de Sao Paulo y la de Ljubjana…

… La década de los sesenta, los primeros diez años de estancia en Madrid, ofrecen no sólo un balance altamente positivo, sino también la confirmación del nacimiento de una gran pintora, con la que en adelante habrían de contar los historiadores y críticos encargados de testimoniar el complejo fenómeno que supuso la evolución del arte español en esos difíciles años y la nueva Edad de Oro en la que se encontraba”.

Este éxito no hace que María Dolores se establezca. Todo lo contrario. Acabada una etapa, sigue con su trabajo disciplinado, que dé salida a su espíritu creativo, en busca de otras referencias plásticas.

Vuelven a surgir nuevas exposiciones que logran consolidar su reconocimiento artístico y sus obras se ven en Francavilla al Mare (Italia) o en la Gulbenkian de Lisboa.

A principios de los ochenta comienza a estar presente en diferentes museos de arte contemporáneo recogiendo el elogio constante de la crítica más exigente así como las opiniones de destacados intelectuales.

Precisamente, en busca de la expresión artística, en 1980, en el Ateneo de La Laguna (Tenerife), de la mano de Domingo Pérez Minik, una de las personalidades más relevantes en la crítica literaria del siglo XX español y amigo de uno de los fundadores del surrealismo, André Bretón, presentó su único libro de poemas “Ni una palabra más”. Esta publicación, muy en la línea de sus obras pictóricas, logro un gran reconocimiento pero María Dolores volvió a sus pinceles.

Atentos a su obra durante años estuvieron los escritores, poetas, intelectuales más destacados del panorama nacional así como la crítica internacional.

A María Dolores Andreo Maurandi le sobran premios y distinciones porque, como ella decía parafraseando a Henry Miller, uno de sus autores favoritos “Encontré que lo que había deseado toda mi vida no era vivir (si lo que hacen los demás se llama vivir), sino expresarme”.

Alhama de Murcia , 25 de abril de 2013

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