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Alhama homenajea a ´Isabelica la Comadrona´ con un busto en el jardín de Los Pinos

03/03/2019 909
Hoy ha tenido lugar el acto de homenaje a Isabel Provencio Sevilla, conocida como 'Isabelica la Comadrona', con la colocación de un busto con su imagen en el jardín de Los Pinos, el primero de una mujer en Alhama. El evento, conducido por la concejala de Igualdad, Nani Navarro, ha contado con la presencia de la Alcaldesa, Mariola Guevara, diversos concejales de la Corporación, entre ellos Isabel Campos, quien le ha dedicado unas emotivas palabras, la escritora Magdalena Sánchez Blesa, que ha recitado varios de sus poemas relativos a la maternidad y el hijo de Isabelica, Antonio Sanz, además de familiares y amigos. 

La escultura, diseñada por su propio hijo, está realizada en bronce y desde este domingo se sitúa encima de una base de piedra en el jardín, donde vecinos y turistas pueden contemplarla, acompañada por una placa que reza: "En reconocimiento a la labor de Isabel Provencio Sevilla, 'Isabelica la Comadrona'. Su mejor legado fueron las palabras que repitió constantemente a lo largo de su vida: AMOR, MUCHO AMOR. Alhama de Murcia, marzo de 2019".

La iniciativa se enmarca dentro de los actos del Día Internacional de la Mujer 2019 y da cumplimiento a una moción del grupo IU-Verdes del año 2014, aprobada por el pleno de la Corporación. 

ISABELICA, LA COMADRONA

Isabel Provencio Sevilla nació el 10 de septiembre de 1919 en Alhama de Murcia, en C/Palmeras, hoy C/Virgen del Rosario. Hija de Pedro Provencio Cánovas e Isabel Sevilla Sanz.  

En su juventud comenzó a estudiar y se preparó para ejercer la labor de matrona. Se casa a los 38 años con Francisco Sanz Javaloy, ‘Paco el de Frasquita’ y tuvieron un hijo: Antonio Francisco Sanz Provencio.  

En Alhama la mayoría de los partos tenían lugar en el hogar, con todo el riesgo que eso traía consigo; sin embargo aquí, en Alhama, tuvimos la suerte de contar con Isabel, una mujer que con su experiencia, su buen hacer y su profesionalidad consiguió que nuestras madres alumbrasen en las mejores condiciones posibles. Desde los años cuarenta ayudó a traer al mundo a varias generaciones de alhameños.  

En aquellos años en los que empezaba a desarrollar su profesión, lo tenía que hacer  sin medios, debía recorrer las calles durante las noches de lluvia y viento, con calor o con frío, hasta llegar a los sitios más inhóspitos, la mayoría de las veces a pie. También se desplazaba, en ocasiones, a lomos de un burro, en bicicleta, en moto o en coche, llegando las casas de los campos para atender a esa mujer a punto de parir, e incluso pernoctando si era  necesario.  

Ha pasado muchas noches en vela al lado de una cama esperando un nacimiento, y había veces que el parto no iba bien y pensaba lo peor, hasta que llegaba la luz al final del túnel, el nacimiento. Podía pasar días enteros con una parturienta hasta que daba a luz y el bebé comenzaba a llorar. Ella presume de que nunca se le ha muerto un recién nacido, afirma, convencida, que es por su oración y fe en Dios.  

Fue una mujer que, además de llevar la vocación en la sangre, se formó académicamente, cosa que muy pocos saben y consiguió la titulación de matrona en unos años en que el acceso de la mujer a formación universitaria era casi inexistente.  En el B.O.E  del 3 de mayo de 1949 aparece inscrita la toma de posesión del puesto de Matrona en Alhama de Murcia de Dª Isabel Provencio Sevilla que ostenta el título oficial de Matrona, expedido por su excelencia el Jefe del Estado y el ministro de Educación Nacional.

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