A caballo entre el singular litoral murciano y la montaña más mediterránea del Sureste español, en la encrucijada de caminos que unen el Levante con Andalucía y entremedias de Murcia y Lorca y de Cartagena y Caravaca, las 4 ciudades referente de la geografía murciana, encontramos Alhama, Alhama de Murcia para más señas (y también para no confundirla con las otras tres Alhama’s, las de Almería, Granada y Aragón). En la margen izquierda del gran valle aluvial del Río Guadalentín, al pie de las Sierras de la Muela y de Espuña, a 200 metros de altitud sobre el nivel del mar y bajo la protección del estratégico Cerro del Castillo, la ciudad de Alhama ha crecido desde época romana acompañada siempre de una constante: sus aguas termales.
Su vasto término municipal, con 311’83 km2. de superficie distribuidos por la zona central de la Región de Murcia, se extiende desde las cumbres de Sierra Espuña hasta las de Carrascoy, atravesado de SO a NE por el Río Guadalentín. Las coordenadas geográficas lo sitúan entre los 37º 43’ 20’’ y 37º 54’ 25’’ de latitud Norte y 1º 16’ 05’’ y 1º 33’ 45’’ de longitud Oeste.
Administrativamente el término municipal de Alhama comparte sus límites con los de otros seis municipios: Mula y Librilla, al norte; Murcia y Fuente Álamo, al este; Mazarrón, al sur, y Totana, al Oeste.
Alhama está en la zona central de la Región de Murcia, donde la influencia ambiental del litoral aún se siente en parte de su territorio (Sierra de Carrascoy, estribación Sur de Sierra Espuña, etc.), pero donde comienza la transición hacia la montaña y los paisajes de interior. Asentada sobre uno de los más amplios valles de la Región, el del Guadalentín, la vieja Hisn al-Hamma que en el siglo XII describiera el viajero árabe Al-Idrisi, ha vivido durante siglos de los valiosos recursos naturales de su entorno. Hablamos de las fértiles tierras del valle, de la vegetación y fauna de Espuña, La Muela y Carrascoy, del refugio del Cerro del Castillo o del agua procedente de los Baños Termales, de los ya casi extintos manantiales de las montañas que la rodean e incluso del caudal del Guadalentín y las surgencias (ya desaparecidas) de los Saladares. Todo un extenso conjunto natural también hoy “al servicio” de sus habitantes aunque, curiosamente, cada vez más agredido en aras de un aprovechamiento acelerado. Basten como ejemplo las vastas roturaciones de la Sierra de Carrascoy, de los Saladares del Guadalentín o de los montes de Las Cabezuelas. O baste también como ejemplo, la pésima situación que presentan las contaminadas aguas del Guadalentín. Por extraño que resulte, contrasta esta situación con el gran número de espacios naturales protegidos presentes en el territorio alhameño. El siguiente cuadro los resume.
BIBLIOGRAFÍA:
Descubre Alhama de Murcia
Un paseo por su patrimonio
natural y cultural