DESFIBRILADORES EN CENTROS PÚBLICOS
La parada cardiorrespiratoria (PCR) es la tercera causa de mortandad en el mundo occidental. En España se estima que cada año se producen más de 30.000 paradas cardiacas. Esto equivale a una media de un paro cardiaco cada 20 minutos. Esta patología ocasiona 4 veces más muertes que los accidentes de tráfico. De hecho, más del 85% de las muertes súbitas son de origen cardiaco. Pero además, más del 90% de las paradas suceden fuera del ámbito hospitalario o sanitario, normalmente en el hogar o en otros espacios, tanto públicos como privados. Tan sólo un 5% de las personas que las sufren sobreviven sin secuelas.
En PCR cada minuto de retraso en actuar las posibilidades de que el paciente sobreviva se reducen en un 10%. Sin embargo, la aplicación rápida y adecuada de todas las acciones que integran la denominada “cadena de supervivencia” pueden aumentar las posibilidades de sobrevivir en 3 de cada 4 casos. En esa cadena de supervivencia evitar que se produzca o avance la fibrilación auricular es clave. Para ello, la disposición y correcta aplicación de un desfibrilador puede resultar decisiva. También su instalación en lugares y espacios de gran concentración de personas y/o de realización de prácticas de riego, así como la formación del personal que pudiera necesitar utilizarlo. En cualquier caso, el “Decálogo de consenso sobre la implantación de desfibriladores en zonas públicas”, suscrito por la Sociedad Española de Cardiología y otras entidades sanitarias, advierte que “el paro cardiaco súbito es un problema generalizado y a veces independiente del riesgo coronario”.
Un desfibrilador en el sitio y momento oportunos, además de la presencia de una persona que sepa manejarlo, puede salvar la vida a otra persona que entre en parada cardiorrespiratoria.
La muerte súbita debida a problemas cardiacos es la primera causa de muerte entre jóvenes en países occidentales. Según las previsiones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) esta proporción irá en aumento en los próximos años como consecuencia de los inadecuados hábitos de vida que se van imponiendo: dietas poco sanas y equilibradas, excesivo consumo de tabaco, alcohol y drogas, creciente nivel de sedentarismo, numerosas situaciones de estrés, etc. En la mayoría de los casos las enfermedades congénitas del corazón no son detectadas en los niños y jóvenes hasta que estos sufren algún incidente de salud que suele resultar grave e incluso concluir en muerte. Pero además, no hay que olvidar que la parada cardiaca súbita es responsable de más del 60% de las muertes de adultos por enfermedad coronaria. La mejor manera de actuar con eficacia en estos casos dentro de un centro docente o de una instalación deportiva es contar con la dotación de desfibriladores externos semi o automatizados (DESA o DEA) en lugar visible y accesible, así como de personal formado para utilizarlo.
El citado “Decálogo” establece que la implantación de los DESA “debe realizarse de manera eficiente, priorizándose en función de los siguientes criterios, por este orden:
1º. Lugares públicos de gran afluencia
‘real’, matizando si es continua o esporádica.
2º. Espacios donde el acceso del
servicio de emergencias sea complicado o nulo.
3º. Lugares con porcentajes elevados de
población de riesgo”.
En la actualidad Alhama cuenta con 3 aparatos DESA ubicados en centros no hospitalarios y dotados por este Ayuntamiento. Estos son:
- Complejo deportivo municipal Guadalentín.
- Piscina municipal climatizada.
- Pabellón municipal de deportes Adolfo Suárez. Este da servicio tanto al Pabellón como a los inmediatos CEIP Antonio Machado e IES Miguel Hernández. Además, este Ayuntamiento ha dotado con un 4º DESA a la ambulancia de Cruz Roja Española – Asamblea Local de Alhama de Murcia.
Recientemente el Ayuntamiento de Alhama ha adquirido nueve desfibriladores más que se van a instalar en diferentes centros deportivos y docentes de la localidad, a la par que se va a formar al personal que opera en esas instalaciones (maestros, técnicos y monitores deportivos, conserjes, etc).