La concejalía de Sanidad realiza del 7 al 17 de noviembre el tercer curso sobre reanimación cardiopulmonar y manejo del desfibrilador, en el que participan 18 alumnos de diferentes centros docentes con un total de 12 horas de formación.
El curso lo dirige de nuevo con José Luis Garre Sánchez, médico y Presidente de
Cruz Roja en Alhama en la sala de conferencias del Vivero de Empresas para Mujeres, situado en la calle Louis Pasteur, s/n.
La
primera de estas formaciones comenzó el pasado mes de marzo y contó con la presencia de conserjes, monitores deportivos y agentes de la Policía Local. Después hubo un segundo turno para maestros de colegios y escuelas infantiles, profesores de los institutos y personal de centros deportivos.
Instalaciones cardioprotegidas
El Ayuntamiento de Alhama de Murcia y la Federación de Fútbol de la Región de Murcia firmaban en marzo un acuerdo para la donación de tres equipos de desfibrilación para los campos de fútbol y pabellones municipales donde se juega al fútbol sala en el término municipal y que no disponen de ellos.
Los desfibriladores están ubicados en los campos de fútbol del complejo deportivo Guadalentín, en el pabellón Adolfo Suárez y en el pabellón Sierra Espuña.
El Ayuntamiento ha adquirido además nueve desfibriladores semiautomáticos externos (DESA), que unidos a los ya existentes en diferentes dependencias municipales o en Cruz Roja, vienen a configurar la base de una dotación de medios que permita convertir poco a poco a Alhama en un municipio cardioprotegido.
En breve se van a incorporar otros cinco de estos aparatos, uno para cada pedanía (la iniciativa que más apoyos obtuvo en los
presupuestos participativos de 2016) y algunos más para otros edificios municipales, entre ellos la Casa Consistorial.
La importancia del desfibrilador
Es un aparato electrónico, en este caso portátil, que diagnostica y trata esa parada cardiorrespiratoria cuando es provocada por una fibrilación o una taquicardia ventricular (hay actividad eléctrica en el corazón, pero sin efectividad mecánica o con bombeo ineficaz). Gracias a una descarga eléctrica gestionada por el DESA se consigue restablecer un ritmo cardiaco efectivo eléctrica y mecánicamente.
¿Qué quiere decir esto? Pues que cuando una persona, sea de la edad que sea, entra en parada cardiorrespiratoria, algo que sucede en nuestro país una vez cada 20 minutos, cada minuto de retraso en actuar para tratar esa afección las posibilidades de que sobreviva se reducen en un 10%. Para evitarlo entran en juego un conjunto de acciones que integran la denominada “cadena de supervivencia”, de tal modo que si se aplican correctamente las posibilidades de sobrevivir, e incluso de que no queden secuelas, son elevadas. En esa “cadena” la disposición y buen uso de un desfibrilador puede ser decisiva.