ALHAMA EN EL SIGLO XX: Trazos y pinceladas de nuestro siglo
A finales del siglo XIX, la Guerra de Cuba había marcado también en Alhama a más de un centenar de alhameños que participaron en ella, y de la cual algunos no regresarían. No obstante, el padrón quinquenal de habitantes que se finalizó en 1906 indicaba un paulatino ascenso demográfico y censaba a 9.564 habitantes de los que 2.500 residían como población dispersa en las Cañadas, Berro, Gebas, Cañarico y La Costera, según el Padrón de Habitantes de 1910.
El auge y apogeo del Balneario atrajo a gentes de toda España, y sería, a principios de siglo, uno de los elementos de dinamismo de la vida local que motivaría un aumento de los servicios públicos, entre otros, la luz eléctrica. El nacimiento en 1904 de la Sociedad Eléctrica Alhameña que, utilizando las aguas del río Espuña, creó unas instalaciones modernas en la época, le llevó a conseguir el contrato del Ayuntamiento en 1907 para instalar 150 luces con un precio anual de 3.000 pts. y la instalación por 600 pts. Además se comprometieron a “facilitar cuatro luces gratuitamente para las dependencias del Ayuntamiento”. La gestión del alumbrado de esta empresa en Alhama llegaría hasta los años 30.
Otra de las necesidades urgentes era el abastecimiento de agua potable proyectándose un depósito en la falda del Castillo para almacenar el agua y disponer de ella en época de escasez. Este hecho vino a paliar la situación ante la llegada de muchos bañistas y de visitantes que poco a poco se instalaban en el municipio.
Las nuevas casonas y sus huertos fueron salpicando ese paisaje de agricultura de regadío que aprovechaba desde hace siglos las aguas de Espuña, de los Baños,etc. creando esa huerta en torno al casco antiguo que, hoy día, aparece integrada y rebasada dentro del actual casco urbano.
La casa de las Saavedra (actual Centro Cultural V Centenario), la casa de los Artero (actual Ayuntamiento), la casa de la Algodonera, la casa de estilo colonial del huerto de La cubana (desaparecida) entre otras, eran los elementos arquitectónicos que se van a añadir como nuevas residencias al paisaje alhameño integradas plenamente en la huerta de aquellos años.
En 1914 se proyecta el depósito citado anteriormente, por el ingeniero D. Bernardino Rolandi proponiendo el acondicionamiento de la conducción de aguas para el abastecimiento de la villa de Alhama desde el castillo. También fue necesario recuperar la conducción al descubierto que mostraba graves deterioros al ser muy antigua y perder parte del caudal de agua. Esta, llegaba primero a la fuente-abrevadero conocida como del caño y la otra a la plaza pública en el Jardín de los Patos. En 1919 a iniciativa de D. Lorenzo Rubio Sánchez, se amplía el servicio de agua con dos fuentes, una en la Concepción y otra en la antigua plaza ubicada en el actual jardín de los Patos.
Será a partir de 1916, cuando la villa de Alhama pasaría a denominarse oficialmente Alhama de Murcia y así consta en el acta de la Sesión Supletoria de fecha 6 de julio de 1916 con arreglo al RD de 27 de junio del mismo año, cambiando el nombre junto con otros pueblos de la Región.
El Balneario seguía gozando de su merecida fama conseguida desde la nueva construcción de 1848 y es a finales del siglo XIX y primer cuarto del XX cuando alcanza su mayor esplendor. En abril de 1921 recibe la ilustre visita de D. Santiago Ramón y Cajal con su esposa Dña. Silveria Fañanas García, la cual venía a tomar los baños y le agradó tanto el ambiente que volvió dos temporadas más. Nos cuenta Merck Luengo que lo primero que pidió D. Santiago en el Balneario fue una potente lámpara para trabajar durante las veladas. Muy conocidas son también las visitas a Sierra Espuña y al Cerro del Castillo acompañado del alcalde, gerentes del balneario y otros amigos.
En la vida social de la época participaban activamente los locales sociales del Círculo Instructivo del Obrero, fundado por D. Roque Sánchez Javaloy que compartía la idea con D. Miguel Vivancos Andreo y D. Jerónimo Ramírez López y que tenía como misión la “instrucción y el recreo de sus socios”, cuya primera sede estuvo en la casa de D. Antón Ginés Gil y después se trasladaría al nº 16 de la calle Palmeras; el Casino situado en calle Corredera, 5, tenía como objetivos la “distracción y recreo propio de personas cultas y estrechar la amistad y el aprecio”.
También las dependencias municipales irán ampliando sus servicios y se decidió comprar el edificio que había frente al Ayuntamiento, ubicado entonces en el antiguo sindicato agrario. Así el 22 de mayo de 1923 fue inaugurada la nueva Casa Consistorial en el conocido Ayuntamiento Viejo (actual Centro Cultural Plaza Vieja), que sería la sede del gobierno municipal hasta 1986, en que se inauguran las nuevas dependencias municipales en la antigua casa de los Artero, restaurada y ampliada en 1985 e inaugurada el 4 de mayo de 1986.
En los años veinte, Alhama ya contaba con 9.597 habitantes y son los años en que empieza a editarse el periódico Heraldo de Alhama dirigido por D. Roque Sánchez Javaloy, que sabemos se editaba en 1922. También hay referencias de otro periódico, El liberal, del cual por el momento, no tenemos información exacta. De igual forma, Amor y Esperanza, periódico parroquial quincenal, comenzaba su andadura en 1924 hasta 1931, y constituyó un testimonio esencial de la vida local de esos años.
La Guerra de Marruecos o de África también contará con participación de soldados alhameños, cuyos episodios serán relatados con detalle por el periódico Amor y esperanza. El antecedente de estos alhameños había sido el General D. Manuel García Díaz, entonces Comandante, que participó en diferentes hechos de armas en la zona de Melilla y proyectó y dirigió la construcción del puente sobre el río Kert en Marruecos en 1915. Otros alhameños fueron el Teniente de Infantería D. Augusto Gil de Vergara y de Leyva, que sería uno de los defensores destacados de la posición de Kobba-Darsa y la vuelta a su pueblo fue objeto de un gran recibimiento. Fue nombrado Hijo Predilecto en Sesión Extraordinaria del Pleno de 31 de agosto de 1924; otro de los valientes alhameños de esta guerra fue el Sargento D. Manuel Sánchez Vivancos que, defendiendo la posición de Tikún en la zona de Larache, entre septiembre de 1924 y enero de 1925, se tuvo que amputar la mano derecha destrozada por una granada. Se le dispensó otro gran recibimiento y se le nombró igualmente Hijo Predilecto de la villa de Alhama de Murcia. A ambos episodios muy conocidos deben unirse otros casos que sufrieron igualmente esta guerra.
Las circunstancias políticas de la dictadura del General Primo de Rivera, mostraban, a pesar de todo, una relación con la monarquía, que por ejemplo en Alhama se verá reafirmada con el Rey Alfonso XIII, según consta en el acta de la sesión extraordinaria del Ayuntamiento Pleno celebrada el día 14 de enero de 1925 y por la que unánimemente “acuerdan nombrar por aclamación a Sus Majestades los Reyes D. Alfonso XIII y Dña. Victoria Eugenia, Alcalde y Alcaldesa honorarios...” La ultima referencia de una visita real tiene lugar el 29 de mayo de 1974 cuando los Reyes de España, entonces príncipes, inauguraron en Alhama la Antigua Residencia de Ancianos ubicada en el parque municipal.
Ya en 1925, la construcción de la Plaza de Abastos figuraba entre las obras públicas prioritarias junto al abastecimiento de aguas potables, escuelas graduadas y el Matadero. D. Pedro Cerdán Martínez, arquitecto provincial de Murcia, fue el encargado del estudio y valoración del proyecto, que finalmente se adjudicaría con un presupuesto de 61.049 pesetas a la única proposición presentada por el vecino de Totana y natural de Alhama D. Pedro Díaz Rubio. Las obras que comenzaron el día 4 de marzo de 1927 se inaugurarían el 8 de abril de 1928 con “la asistencia de las autoridades y la banda municipal”.
Otras obras de carácter público finalizaban en 1931 con la puesta en marcha del matadero municipal y observando la necesidad de adquirir aparatos y material para el servicio del mismo. El arquitecto de este matadero había sido D. José Antonio Rodríguez.
Las referencias de población de estos años eran de crecimiento a pesar de la Guerra Civil y así de 9.860 habitantes en 1930 se había pasado a 10.740 en 1940 y a 11.560 habitantes en 1950.
A principios de los cincuenta el Jardín de los Patos, que había sido y era un lugar de reunión y de mercado desde principios de siglo, adquiría el aspecto de columnatas conocido hasta 1981 en que se realizó la sustitución de las columnas y la supresión de los elementos de madera por los arcos metálicos, adquiriendo el aspecto actual. El cine y el Circulo Instructivo del Obrero junto a los cafés de la zona ofrecían una buen ambiente para la intensa vida social.
El problema de abastecimiento de aguas potables que sufrían los pueblos del sudeste de España, tuvo en Alhama un feliz desenlace con la inauguración el 11 de noviembre de 1952 de la llegada de las aguas del Taibilla, lo que hizo que Alhama fuese uno de los primeros pueblos después de Cartagena en tenerla. Atribuido este logro al Almirante Bastarreche, ese día se inauguró la Fuente de Nochebuena, el lavador municipal y la estatua y avenida que llevaba su nombre. El Ayuntamiento decidió nombrarle Hijo Adoptivo de la Villa, título que se le entregaría en su posterior visita al municipio en octubre de 1954 para inaugurar el grupo escolar “Francisco Franco”, hoy Colegio Público Sierra Espuña. Tras un proceso de estudio e investigación llevado a cabo por la comisión de Memoria Histórica constituida en 2017, para dar cumplimiento a la ley 52/2007 de 26 de diciembre, su dictamen desvinculó de tal logro a Bastarreche y el pleno de la corporación aprobó retirar su busto y sustituirlo por un motivo relacionado con el agua, así como el nombre de la avenida por el que tuvo con anterioridad, volviendo a llamarse avenida de Cartagena (http://ayuntamiento.alhamademurcia.es/comision-historica.asp).
También en estos primeros años de los cincuenta (1955) se iniciaban las obras del Paseo de los Mártires que transformaría el antiguo malecón con olmos de la rambla de la Cruz en el actual paseo. Finalmente, en 1957 se instaló la fuente y las últimas obras de remodelación se inauguraron el 14 de marzo de 1998.
En 1964 se instala en la Planta baja de la Casa Consistorial (actual Centro Cultural “Plaza Vieja”) la Biblioteca Pública con una aportación del centro Coordinador de Bibliotecas de 100.000 pts para el mobiliario; tenemos noticias de antecedentes en los años veinte de una Biblioteca Parroquial Circulante que se intentó poner en marcha en 1926 con libros donados por el obispo de la Diócesis. Otras referencias corresponden a los primeros años treinta y tras la ubicación en el antiguo Ayuntamiento se instalaría en la Casa de la Cultura situada en el parque municipal de La Cubana comenzando a funcionar en 1974. La gran ampliación y definitiva ubicación tuvieron lugar en octubre de 1992 en el Centro Cultural “Plaza Vieja”, donde ocupa dos plantas del edificio y ofrece numerosos servicios.
Alhama había sido una población eminentemente agrícola y así se refleja en las estadísticas de 1974 que mencionan una superficie cultivada de secano de 14.000 hectáreas y de regadío de 4.669 hectáreas, para una población de 12.008 habitantes. La vida económica depende casi exclusivamente de la agricultura, donde la mayor producción es la uva de mesa para la exportación, naranjas, limones, pimientos para pimentón y cereales completan la diversidad de cultivos. Existían además cinco fábricas de calzado, tres fábricas de yeso, una de cerámica, dos de mosaicos, dos mataderos industriales y cuatro compañías de exportación de frutos.
Los inicios de la industria del calzado se remontan al primer cuarto del siglo cuando D. Lorenzo Rubio Sánchez mandó construir una casa de estilo colonial y unos grandes almacenes para la instalación de una fábrica de alpargatas. Actualmente tanto la industria del calzado que continuó a partir de los años cuarenta, como la industria de cárnicas constituyen un importante baluarte de la economía alhameña, ocupando un alto porcentaje de la población activa
A modo de conclusión hemos de resaltar que Alhama se asoma al siglo XXI con una clara delimitación de espacios urbanísticos salpicados de edificios que constituyen los hitos del paso de la historia y que van marcando las pautas de ese desarrollo urbanístico, económico y social. Han pasado cinco mil años desde las primeras ocupaciones en el Cerro del Castillo, lugar fortificado y emblemático, cuyo espacio estuvo ocupado por los árabes y cristianos; desde los Baños romanos al entorno de la Plaza Vieja y los edificios de la Casa de la Tercia, el Ayuntamiento Viejo, la Iglesia de San Lázaro, la de la Concepción, todos ellos del siglo XVIII en el casco antiguo.
Los nuevos espacios aparecen definidos por la Casa de los Artero (actual Ayuntamiento), y la Plaza de la Constitución, la casa de las Saavedras (actual Centro Cultural V Centenario), el parque municipal de la Cubana y el Jardín de los Patos. Atrás quedaron la desaparición de edificios tan significativos como la casa colonial de D. Lorenzo, el hotel balneario o la antigua estación de tren que han arrastrado consigo un fragmento de nuestra historia local. Los nuevos edificios públicos destinados a servicios educativos, culturales deportivos y de salud, ya forman parte de ese patrimonio actual. Es la imagen más reciente de siglo XX y con la que hemos comenzado el siglo XXI.